Charles Bukowski

Demasiado.
Demasiado poco.
Demasiado gordo.
Demasiado delgado.
O nadie.

Extraños con caras que parecen
las espaldas de
las chinchetas.

Ejércitos corriendo por
calles ensangrentadas
blandiendo botellas de vino
disparando y violando
vírgenes.

O un viejo en una habitación barata
con una foto de Marilyn Monroe.

Hay una soledad en este mundo tan grande
que puedes verla en el lento movimiento de
las agujas del reloj.

La gente está tan harta
que se mutila
ya sea por el amor o por la falta de amor.

La gente no es buena entre sí
ninguna de ellas.

El rico no es bueno con el rico.
El pobre no es bueno con el pobre.

Tenemos miedo.

Nuestro sistema educativo nos dice
que todos podemos ser
los peces gordos ganadores

pero nos nos habla
sobre los marginados
o los suicidas.

O del miedo que pasa una persona
que agoniza en un lugar
a solas.

Las perlas se balancearán
las nubes serán nubes
y el asesino decapitará al niño
como si mordiera el cucurucho de un helado.


Demasiado.
Demasiado poco.
Demasiado gordo.
Demasiado delgado.
O nadie.

Más personas que odian que las que aman.

La gente no es buena entre sí.
Puede que si lo fueran
nuestras muertes no serían tan tristes.

Mientras tanto miro a las chicas jóvenes
a la deriva
flores de temporada.

Debe haber una manera.

Seguro que debe haber una manera que no hemos encontrado
todavía.

¿Quién puso este cerebro dentro de mi?

Llora
exige
dice que hay una oportunidad.

No dirá
"no".









Queen en directo en Rio de Janerio


Empezar la semana siempre se hace cuesta arriba cuando tu horizonte es difuso. Muchas veces te preguntas: "¿Para qué levantarme de la cama?". Bien, como respuesta os dejo una canción, clásico de los clásicos, de la única Reina a la que he rendido pleitesía en toda mi vida: Queen

El espectáculo debe continuar, o como cantaba Freddie Mercury, 'Show must go on', se trata de eso, de caerse y levantarse. De dibujarnos una sonrisa aún cuando sea necesario para ello la ayuda del maquillaje. De levantarte de la cama un lunes, darse una ducha, salir a la calle y seguir ejecutando nuestro guión en el vodevil que al fin y al cabo es la vida. 

La canción vio la luz incluida en el álbum 'Innuendo' publicado en 1991. Aquí os dejo el videoclip, recopilación de sus anteriores clips, para animaos a seguir adelante. Dadle al play y disfrutad.




Siempre es una responsabilidad tener que elegir una canción para un día tan esperado como es el viernes, pero como al levantar la persiana esta mañana me he encontrado con el cielo cubierto de nubes proyectando una luz grisácea sobre las aceras, tenía claro cuál sería el tono que debía acompañarme. El tiempo al otro lado de la ventana y el que parecía retumbar en el interior de mi cabeza han hecho que lo primero que quisiera escuchar en mi día fuera 'I'm still here', de la banda de Seattle Pearl Jam.

El tema está incluido como pista oculta en la versión japonesa de su álbum Lost Dogs, publicado en 2003 por el sello discográfico Epic Records. Éste recopilatorio estaba formado por caras b y versiones que no habían visto la luz, es decir, una delicia para todos aquellos fans que están a la caza de las rarezas después de conocer al dedillo todo lo grabado por Pearl Jam.

He de decir que más que una canción es una confesión muy personal hecha por la voz gastada y profunda de Eddie Vedder, una operación a corazón abierto que retrata el desengaño más rotundo, ese que nos lleva directos al taburete de una barra de bar para beber y olvidar. Con esta canción, Pearl Jam consigue crear una intimidad entre ellos y el que escucha la triste historia, hace que conectes directamente con el sentimiento que transmiten y quizá más de uno sienta que le están relatando un episodio de su propia vida. 

Os dejo el vídeo, así que, ya sabéis: dadle al play y disfrutad. 




Joy Division en uno de sus ensayos en una nave abandonada de su Manchester natal




Llueve, como viene siendo habitual, en una fría tarde de 1977 en la vieja y sucia ciudad de Manchester. Un joven Bernard Sumner coloca encima de la mesa un par de libros que le ha prestado un colega del trabajo y los ojea en la búsqueda de algo con lo que matar el tiempo libre. Abre 'House of dolls' y comienza a leerlo sin mucho interés. Un párrafo de aquí, otro de un par de hojas más allá. La historia es algo desagradable, habla en clave de diario sobre los prostíbulos de mujeres judías que eran usadas como esclavas sexuales en los campos de concentración nazis por los soldados de las SS. Estas casas del horror eran conocidas como "Joy Division". Se detuvo al leer estas dos palabras y de repente lo supo: su grupo debía llevar ese nombre, algo que a pesar de contener la palabra alegría, significara lo más desagradable que a uno se le puede ocurrir. Y así fue como Warsaw pasó a llamarse Joy Division convirtiéndose en uno de los iconos musicales de Gran Bretaña que perdurará siglos. 


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Existe un arquetipo, un sueño que todos queremos cumplir en algún momento: escapar de todo, conseguir un Cadillac de los 50 y atravesar la primera potencia mundial por las venas de la ruta 66. Y cuando seamos los únicos que vuelen por una carretera solitaria flanqueada por la arena del desierto, y el sol se refleje en nuestras gafas de sol, puede que la canción que deba sonar no sea otra que 'Amazing Grace', de Rod Stewart.


Este clásico versionado por el sexagenario británico, veía la luz en 1971 incluido en su tercer álbum: 'Every picture tells a story'. Dentro de este recopilatorio también podemos encontrar la canción más reconocida de Stewart, 'Maggie May'. Para muchos de vosotros, ésta última será más conocida como 'Maggie despierta', versionada por MClan y puede que esa sea la única referencia que tengáis sobre ella. No pasa nada, porque personalmente creo que la canción del grupo patrio no está tan mal como otras muchas revisiones de temas que son, directamente, ofensivas y blasfemas.

Puede que muchos hayáis escuchado en otras ocasiones el tema que hoy traigo. Es posible porque está incluido en multitud de bandas sonoras (sobre todo aquellas películas que incluyen escenas de emotivos entierros) y en cientos de estilos diferentes, desde el gospel al blues pero lo que quizá no sepáis es que tiene la friolera de 233 años. El tema nació como himno cristiano en 1779 para transmitir a todos aquellos temerosos de Dios el mensaje de que la Gracia del Señor salvaría nuestro alma mediante el perdón y la redención. Más tarde se convertiría en una canción base del folklore estadounidense utilizada en multitud de celebraciones populares.

Aunque a lo largo de estos dos siglos se han grabado más de 6450 versiones, me quedo con la de Stewart para nuestro propósito de cabalgar por el sur a lomos de un descapotable. Así que dadle al play, pisad el acelerador y disfrutad.




Podría decir, soltando una de esas frases de película, que mi vida es la música. O que mi vida es el rock. Aunque si lo digo en voz alta suena algo pretencioso. El caso es que muchas veces le he dado vueltas a la idea de crear un blog en el que pueda volcar todo mi archivo musical para aquellos que, como yo, disfrutan de la buena música, sea cual sea esta, sin entrar en el manido debate que levanta ampollas sobre si existe la buena música en abstracto o si cada uno decide lo que es bueno o malo, sin ser mejor o peor opción que la de los demás. 

En fin, hoy nace este espacio para todos los que quieran descubrir nuevas canciones, clásicos olvidados o, simplemente, aquellos que tengan tiempo libre y hayan caído aquí casi sin darse cuenta. 

Si estás leyendo esto, sólo te diré una cosa: dale al play y disfruta. 


Sils.


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